Mauro, Gustavo, Federico y Santiago son cuatro amigos cuyos amigos terminaron coincidiendo en Praga, República Checa. Buscando emprender un proyecto juntos, decidieron abrir un stand de empanadas en el castillo de Ctěnice, una zona turística de la ciudad.

“Hicimos unas 300 empanadas y nos lanzamos a ver qué onda. No teníamos idea de cómo funcionaría ya que era un evento muy local, pero los checos se volvieron locos y vendimos casi todo”, recuerda Santi. “Nos sobraron unas empanadas y una amiga argentina nos preguntó si se las vendíamos congeladas, así que las envolvimos en un papel metálico y se las vendimos. Un par de semanas después fue el primer lockdown del coronavirus, y fue ahí que decidimos, en vez de dejar todo, aprovechar el momento para armar un negocio de venta online”.

Así nació Malá, un proyecto basado en el delivery que, un año y medio después de su inició logró duplicar las ventas. “Los primeros 6 a 8 meses nuestro público fue mayormente latino, británico y asiático, hasta que tomamos la decisión de poner el checo como primer idioma y dejar el inglés como segundo. Fue un impacto inmediato. Hoy en día alrededor del 60% de nuestra clientela es checa”, explica Santi.

Los primeros sabores del menú se focalizaron en las recetas clásicas argentinas, pero poco a poco comenzaron a mixturarse con ingredientes que los checos disfrutan en su comida diaria. “Los checos son parecidos a nosotros. Aman la carne en todas sus variantes, pero también queríamos apostar a otro público y crear un buen repertorio de empanadas vegetarianas. La idea es seguir aumentando la variedad poniéndole siempre un toque de creatividad. Nos gustan los sabores clásicos, pero también nos gusta que nuestros sabores sean únicos”, aporta Mauro.

“El público local es carnívoro a más no poder. Les gusta la carne vacuna, el cerdo y el pollo por sobre todo, aunque también consumen ganso, pavo y pato. Nuestras empanadas de carne son las qué mejor se venden, aunque generalmente los pedidos son un mix, e incluso tenemos algunos clientes que sólo piden empanadas vegetarianas, aunque generalmente no son checos”, agrega.

Si bien por ahora se abastecen de materia prima en supermercados mayoristas, la idea en el futuro es trabajar con ganaderos y agricultores locales para maximizar la calidad y apoyar al pequeño mercado local. Todo el packaging de Malá es reciclable, hecho por una empresa local que fabrica empaques a partir de materiales vegetales.